Los padres de Adams 14 quieren que el estado les dé otra oportunidad a sus escuelas locales

Adams City High School junior Alexandra Hernandez, in a white long-sleeve shirt, looks at her notebook, with a cell phone next to her. In the background are about five students working at tables and a teacher standing in front of a white board, in an AP language class on Feb. 4, 2019.
A muchos padres de Adams 14 les preocupa que el estado tome medidas drásticas que van a perjudicar a los estudiantes en lugar de ayudarlos.  (Michael Ciaglo / Special to the Denver Post)

Read in English.

La primera noche después de enterarse de que las 14 escuelas de Adams están en riesgo de cerrar, Cristina Ruiz (madre de dos niños y cuyo hijo mayor empezará la secundaria en otoño) dio vueltas en la cama toda la noche.

¿A qué escuela van a ir sus hijos? ¿Cómo van a inscribirse en otros distritos sin una dirección local? ¿Qué tanto se van a llenar esas escuelas? ¿Va a poder manejar hasta allá?

Muchas de estas mismas preocupaciones son las que están pesando sobre los padres, estudiantes y miembros de la comunidad a medida que la Junta Estatal de Educación está a punto de tener una vista pública en abril para decidir el destino del distrito, que ha batallado durante años con inestabilidad y puntuaciones deficientes en los exámenes de aptitud.

Un panel externo de expertos recomendó cerrar como mínimo la escuela secundaria principal del distrito y reorganizar el distrito, posiblemente cerrando otras escuelas. Los líderes del distrito quieren, en cambio, crear escuelas en la comunidad con amplios servicios de apoyo para involucrar a las familias y hacerle frente a la pobreza.

La Junta Estatal considerará ambas recomendaciones, y también las ideas del público y del personal del departamento de educación, antes de tomar una decisión en una vista pública que se celebrará en abril.

Muchos padres y estudiantes se sienten excluidos del proceso del estado y confundidos por la recomendación, que consideran una medida drástica que desplazará a los estudiantes.

“Cerrar las escuelas no es una solución”, dijo Ruiz. “En lugar de ayudarnos, nos están perjudicando.”

Los estudiantes y padres que han tenido tanto buenas como malas experiencias en el distrito quieren que el estado les dé otra oportunidad a sus escuelas.

JoJo López, de 19 años y estudiante de último año de la Adams City High School, teme que la mayoría de los estudiantes han perdido la esperanza y piensan que los líderes estatales ya tomaron su decisión.

López, que camina a la escuela cada mañana - “solamente unos buenos 30 minutos” - dijo que le preocupa cómo los estudiantes como ella van a llegar a una escuela fuera de su comunidad. Muchas familias no tienen auto o no conducen, dijo ella.

Pero sí cree que la escuela secundaria necesita cambiar. López fue diagnosticada con ansiedad y síndrome de Tourette y ha estado esperando una evaluación para recibir servicios especializados pero la escuela ha estado ocupada, dijo. Y cuando pide ayuda extra a los maestros, ellos dicen que no porque ella no tiene un plan de necesidades especiales, dijo.

“Siento que necesito más tiempo y ayuda individual de los maestros. Para mí es muy difícil aprender como lo hacen los demás”, dijo López. “En mi caso, si tomo notas mi cerebro se desconcierta por completo.”

Cuando empieza a preocuparse por aprobar una clase y acude a los consejeros académicos, ellos también están siempre ocupados, dijo. Aun así, cree que está en camino de graduarse en mayo.

Para otros estudiantes, cree que los problemas giran en torno a la seguridad. Hace unos años, su hermana mayor abandonó la escuela tras meterse en problemas cuando tuvo que defenderse en una pelea. Otros amigos que conoce han abandonado la escuela secundaria más recientemente por preocupaciones similares con las peleas.

“Quiero que los estudiantes que son menores que yo puedan graduarse y obtener una mejor educación”, dijo López. “Tienen que sentirse suficientemente protegidos.”

Otros factores afectan al aprendizaje de los estudiantes

Algunos padres y muchos maestros creen que le está echando demasiada culpa al distrito, y que otros factores como pobreza, traumas y los distintos niveles de participación de los padres también afectan la capacidad de aprendizaje de los estudiantes.

Entre los distritos escolares de Colorado, Adams 14 tiene el mayor porcentaje de estudiantes que están aprendiendo inglés y el segundo mayor porcentaje de estudiantes de color, y ocupa la posición 15 en cuanto al porcentaje de estudiantes con derecho a comidas subvencionadas (cifra que se usa para medir pobreza).

La comunidad y el distrito han criticado al estado por depender demasiado en los resultados de los exámenes estatales para medir la calidad educativa del distrito. Pero otras medidas también pintan un panorama sombrío.

El año pasado, el distrito tuvo un porcentaje de abandono escolar de un 6%, el sexto más alto del estado. El distrito también tiene un alto número de padres que han matriculado a sus hijos fuera del distrito, y muchos dicen que no tienen planes de regresar a Adams 14, pase lo que pase.

Algunos estudios han encontrado que los cierres de escuelas tienen un historial mixto y muchas desventajas. Los estudiantes desplazados que se trasladaron a otra escuela de bajo rendimiento no mejoraron sus resultados académicos, y las escuelas que aceptaron un gran número de estudiantes desplazados tuvieron más dificultades. Los estudiantes informaron que sus amistades y autoestima se vieron afectadas. Se graduaron menos estudiantes, y más abandonaron sus estudios por completo.

Muchos en la comunidad de Adams 14 defienden a sus escuelas.

En una reciente reunión del consejo de la ciudad, varias personas hablaron públicamente para destacar las historias de los graduados de Adams 14 que han ido a la universidad y han comenzado carreras exitosas.

Las oportunidades están ahí, dijo una madre al consejo, “si los niños las aprovechan.”

Elizabeth Rivas tiene un niño de preescolar y otro de primer grado en el distrito, y cree que están aprendiendo. Se pregunta la causa de los comentarios negativos, ya que no corresponden con lo que ella ha experimentado.

“No lo veo”, dijo Rivas. “Mi hija es brillante. Sé que está aprendiendo porque puede hacer los deberes sola. Otra forma de saberlo es porque le encanta la escuela.”

Rivas dijo que si el estado quiere ayudar al distrito, debería ayudar a las escuelas a tener más programas de doble idioma.

“Quiero que mi hija aprenda los dos idiomas”, dijo Rivas. “El estado no debería negarles a los niños de Commerce City la oportunidad de tomar todas sus clases en dos idiomas. Es algo muy beneficioso para ellos y puede abrir muchas oportunidades.”

Adams 14 está empezando a lanzar un nuevo plan que incluye programación en dos idiomas en algunas escuelas y grados. El programa que más le interesa a Rivas solamente se ofrece hasta ahora en una escuela de Adams 14. Los estudiantes cuyo primer idioma es el inglés y los estudiantes cuyo primer idioma es español reciben la mitad de sus clases académicas en inglés y la otra mitad en español para que todos pueden beneficiarse de ser bilingües. Es un modelo que los padres llevan tiempo pidiendo en Adams 14 y que no existe en la mayoría de los distritos.

El mismo distrito Adams 14 ha luchado en el pasado para seguir desarrollando un programa bilingüe K-12 completo.

Rivas cree que es un área en la que el estado podría aportar más recursos — ya sea en dinero o con personal, dijo.

Ella y otros padres también están entusiasmados con los planes del distrito de crear una escuela en la comunidad que incluya servicios como una clínica de salud, una despensa de alimentos o educación para adultos, dependiendo de las necesidades de las familias. Los padres quieren que el distrito tenga tiempo para probar esa idea.

“Ahora estamos unidos”, dijo Rivas. “Creo que ahora hay tanto apoyo, que el distrito puede tener éxito.”

La rotación del liderazgo ha sido un reto

Bill y Lorraine Maddock llevan casi 50 años viviendo en la comunidad y siguen participando en organizar a los padres. La pareja afirma que después de haber visto a muchos líderes hacer promesas y luego marcharse, el liderazgo actual inspira confianza.

En el año desde que empezó, la Superintendente Karla Loria se ha reunido con el grupo de padres de los Maddock más veces de las que pudieron reunirse con MGT, la empresa privada que administró el distrito durante unos dos años.

“Tuvimos muchos problemas para que GMT nos contestara preguntas, pero nuestra superintendente de ahora se reúne con nosotros bastante a menudo y nos cuenta lo que está pasando”, dijo Lorraine Maddock. “Ella nos ayuda con lo que queremos ver en nuestra comunidad. La mayoría de las veces somos nosotros los que le decimos lo que queremos ver. Y ella nos escucha.”

April Saucedo, de 20 años y graduada de Adams City en 2019, participó en un paro estudiantil la última vez que la escuela fue amenazada con un cierre. Ella recuerda que se sintió menospreciada por la administración, y no quiere que su hermano menor (que va a empezar la escuela secundaria en otoño) sienta lo mismo.

Ella dijo que tiene la esperanza de que los funcionarios del distrito y del estado escuchen a la comunidad.

“Quiero que los niños sepan que son importantes y se van a cuidar”, dijo Saucedo. “No quiero que piensen que no se merecen dedicarles tiempo.”

Yesenia Robles es una reportera de Chalkbeat Colorado que cubre los distritos escolares K-12 y la educación multilingüe. Para comunicarte con Yesenia, envíale un mensaje a yrobles@chalkbeat.org.

The Latest

Former Board President Joyce Wilkerson’s nomination by Mayor Cherelle Parker was deferred, and city officials expressed displeasure about the district’s charter school policy.

The Bookmobile seeks to increase children’s access to physical books and promote the pleasures of reading.

More than 40,000 employees work on the Denver airport campus.

Los habitantes de Chicago votarán por 10 de los 21 miembros en las primeras elecciones de la junta escolar de la ciudad. Aquí hay seis cosas que usted debe saber al inicio del ciclo electoral.

The joint initiative between Chicago Public Schools and the Chicago Teachers Union provides up to $500,000 per school for wraparound services.

By far, this marks the city’s largest commitment to date to replace the dwindling pandemic aid.