La tasa de graduación entre los varones hispanos de Colorado no compara con la de sus compañeros. Las universidades de Colorado pueden hacer más para sacarlos adelante.

A young man, wearing a grey hoodie, jeans, and a black mask, walks on college campus past the Auraria Library.
Luis es un estudiante de primer año en MSU Denver, y espera convertirse en dentista después de graduarse de universidad. Trabaja tres días a la semana mientras asiste a clases a tiempo completo. (Eli Imadali for Chalkbeat)

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Las diferencias son sorprendentes.

Cada año, por ejemplo, miles de estudiantes de la Universidad de Colorado en Boulder inician el camino para obtener un diploma universitario de cuatro años. Seis años después, cerca del 69% lo ha conseguido.

¿Pero qué tal con los varones hispanos? Solo el 58% se graduó.

La historia es la misma en la universidad Colorado State, donde se gradúa el 70% de todos los estudiantes, pero solamente un 58% de los varones hispanos.

Y en la Metropolitan State University of Denver (MSU Denver), las cifras son devastadoras. De cada cinco varones hispanos que empezaron sus estudios universitarios en 2013, solamente uno obtuvo un diploma de cuatro años.

Las cifras en bruto nos muestran la realidad. En 2013, 249 varones hispanos se matricularon en MSU Denver con la meta de obtener un diploma de cuatro años. Para el 2019, solo 46 de ellos lo lograron. Y 203 de ellos no.

La gran diferencia en la obtención de diplomas de universidades en Colorado por parte de los varones hispanos no ha mejorado mucho en la última década, incluso con el aumento en la matrícula de estudiantes hispanos en las universidades.

El porcentaje de varones hispanos que van a la universidad es el más bajo de todos los grupos de estudiantes en Colorado, y todos los factores que hacen más difícil llegar al campus — falta de presupuesto, obligaciones familiares, rutas poco definidas y falta de mentores — les persiguen en la universidad.

“Estamos en un punto en el que una parte valiosa de nuestra comunidad está en un agujero negro”, dijo Nathan Cadena, director de operaciones de la Denver Scholarship Foundation, una organización que ayuda a los estudiantes de Denver a matricularse y graduarse de la universidad. “Y da miedo. Tenemos que hacer algo al respecto”.

La falta de acción amenaza los sueños de los estudiantes jóvenes — y la prosperidad económica del estado. Los líderes de Colorado quieren que un 66% de los residentes tengan un diploma de universidad o un certificado universitario para 2025. Pero a pesar de ser la segunda población más grande del estado, solamente una cuarta parte de los hispanos tiene más que un diploma de secundaria. Los varones hispanos, incluso más que las mujeres hispanas, enfrentan mayores barreras para obtener una educación.

Estos resultados no son inevitables. Alrededor del país, algunas instituciones han eliminado estas brechas casi por completo desarrollando sistemas que ayudan a los estudiantes antes de que tropiecen, recompensando a los profesores por hacer más para conectarse con los estudiantes y creando comunidades que acogen a los estudiantes en el campus. Los esfuerzos comienzan con un mensaje claro de los líderes: que este trabajo es una prioridad y no una idea que se les ocurrió después.

5:51 a.m: Luis Hernández, a la derecha, mira las noticias mientras su mamá, Mariela Hernández, limpia la cocina antes de que ambos se vayan a trabajar a una fábrica de cartuchos de tinta y tóner. Su mamá y Luis trabajan en el primer turno del día para que él pueda ir a la Universidad Estatal Metropolitana de Denver. (Eli Imadali for Chalkbeat)

Las instituciones University of Colorado-Denver, MSU Denver, Adams State University, y Colorado State University of Pueblo han sido designadas como instituciones de servicio a los hispanos, lo cual significa que al menos una cuarta parte del estudiantado está compuesta por estudiantes hispanos.

Sin embargo, Wil Del Pilar, vicepresidente de política universitaria en The Education Trust, dijo que el hecho de matricular más estudiantes hispanos no significa que las universidades estén haciendo lo correcto con ellos, especialmente cuando son tan pocos los que llegan a graduarse.

“Yo diría que la mayoría de las instituciones, incluso en Colorado, no están sirviendo a los hispanos, sino que están matriculando a los hispanos”, dijo Pilar. “No están atendiendo las necesidades de esos estudiantes porque no están invirtiendo en los servicios necesarios para asegurar que lleguen a graduarse”

Los estudiantes hispanos se pasan por alto

Tras dos años terribles en la Colorado State University, Carlos Fernández-Pérez estaba dispuesto a tirar la toalla y abandonar Fort Collins antes de su tercer año. La universidad había sido un reto duro a pesar de que él había obtenido buenas notas en la secundaria. Luego, el cambio a clases virtuales del año pasado por la pandemia de COVID estuvo a punto de descarrilarlo.

Se mudó a su casa en Denver y se las arregló para tomar clases en línea, trabajar a tiempo parcial en DoorDash y cuidar a su hermanita menor de 4 años. Fue demasiado, y pensó que tendría que dejar la universidad.

“Iba a tomarme un descanso”, dijo Fernández-Pérez.

Los estudiantes que hacen una pausa en sus estudios universitarios a menudo no regresan. Por eso, cuando Fernández-Pérez no volvió a solicitar su beca de la Latin American Educational Foundation, Jim Chávez, director ejecutivo de la organización, se preocupó. Se puso al teléfono y convenció a Fernández-Pérez de que siguiera estudiando.

Nadie en CSU le tendió la mano como lo hizo Chávez, dijo Fernández-Pérez.

Fernández-Pérez dejó sus estudios en CSU y entonces se matriculó en MSU Denver. Eso le permitió lograr un mejor balance entre los estudios y la familia. La matrícula también era menos costosa.

El apoyo de Chávez y de la fundación de becas le ayudó a superar una época difícil y de transición.

“Es importante que los estudiantes sepan que alguien realmente se preocupa”, dijo Chávez, “alguien que dedica tiempo y quiere que el estudiante tenga éxito y está ayudando a asegurar que persiste y continúa estudiando.”

El porcentaje bajo de graduación entre varones hispanos es un problema de todo el estado

En MSU Denver, Fernández-Pérez siente que ha encontrado un mejor espacio para él. La institución es un 30% hispana — el doble de la proporción de Colorado State o University of Colorado Boulder — y se enorgullece de atender a estudiantes no tradicionales cuyas vidas son a veces complicadas.

Aun así, las opciones de los estudiantes en las instituciones son un tema importante. Fernández-Pérez dejó una universidad que tiene una de las tasas de graduación más altas para los varones hispanos y se matriculó en la institución que tiene uno de los porcentajes más bajos. En 2019, un 58% de los varones hispanos en Colorado State se graduaron en seis años, en comparación con solo el 18% en Metro.

Estadísticamente, ese traslado pudo haber puesto en riesgo la educación de Fernández-Pérez.

En ambas instituciones — y en casi todas las universidades de cuatro años de Colorado, grandes o pequeñas, selectivas o de acceso abierto — existe una brecha de aproximadamente 10 puntos en la tasa de graduación de los varones hispanos y la tasa de todos los estudiantes.

Los líderes de educación superior dicen que están trabajando para reducir la brecha. Colorado State ha aumentado sus servicios de apoyo y alcance a los estudiantes de secundaria en un intento por convertirse en la próxima Institución de Servicio a los Hispanos en el estado, lo cual significa que está matriculando al menos un 25% de estudiantes hispanos.

La universidad ha empezado a pensar más en cómo conseguir que los estudiantes se gradúen, dijo Mary Pedersen, directora académica de la universidad.

Los funcionarios de la universidad ofrecen servicios de tutoría adicional y apoyo diario, como por ejemplo comidas y ayuda financiera.

CSU Pueblo, Colorado Mesa University y Adams State University también tienen programas que ayudan a los estudiantes.

CSU Pueblo recientemente abrió un centro para conectar a los estudiantes con recursos. La universidad capacita a los profesores sobre cómo ayudar a los estudiantes y ofrece programas de mentoría por profesores y estudiantes.

MSU Denver ha ampliado sus iniciativas y ofrece ayuda financiera, orientación académica y mentorías. Las tasas de graduación de todos los estudiantes aumentaron y se duplicaron para los varones hispanos en una década, del 9% al 18%. Pero la tasa sigue estando muy por debajo de la de otras universidades.

Luis es un estudiante de primer año en MSU Denver, y espera convertirse en dentista después de graduarse de universidad. Trabaja tres días a la semana mientras asiste a clases a tiempo completo. (Eli Imadali for Chalkbeat)

Reconociendo la función que desempeñan los campus como MSU en la educación de los estudiantes en desventaja, Colorado ha modificado la forma de enviarles dinero a esas instituciones. Pero dado que Colorado financia la educación superior con una de las tasas más bajas de la nación, ese cambio aún no cubre las necesidades (dicen los funcionarios de la universidad), especialmente en las instituciones más pequeñas que reciben menos fondos por estudiante que CU Boulder y CSU.

Los programas limitados generalmente atienden a cientos de estudiantes, no a las decenas de miles que podrían beneficiarse.

¿Qué pasaría si el tipo de apoyo individual que ayudó a Fernández-Pérez a recuperar el rumbo existiera para todos los estudiantes? ¿Y si estuviese disponible dentro de la universidad? Fuera de Colorado, algunas instituciones han demostrado que pueden cambiar la trayectoria de los estudiantes muchísimo prestándole atención a los pequeños detalles.

Georgia State lleva cuenta del éxito de los estudiantes

Al igual que MSU Denver, Georgia State es una universidad urbana — en Atlanta — que atiende en su mayoría a estudiantes de color, entre los cuales muchos son los primeros de sus familias en ir a la universidad y corren el riesgo de no graduarse nunca.

Para llegar a un mayor número de estudiantes que necesitan apoyo, la escuela usa un sistema de análisis predictivo para determinar si un estudiante podría estar enfrentando problemas y ha ampliado drásticamente la cantidad de reuniones de orientación con los estudiantes. La escuela gradúa cerca de la mitad de sus estudiantes, y durante una década ha reducido la brecha en las tasas entre los grupos raciales.

Georgia State invierte unos $2.5 millones anualmente en este esfuerzo, pero los funcionarios han encontrado que la universidad gana mucho más en matrículas reteniendo a los estudiantes que de otro modo hubiesen abandonado los estudios.

El personal universitario se comunica con los estudiantes cuando sus sistemas tecnológicos muestran que podrían estar teniendo problemas, ya sea porque las calificaciones están bajando o si no se han inscrito en una clase, dijo Timothy Renick, director del National Institute for Student Success at Georgia State.

La universidad también brinda apoyo financiero de manera proactiva, dijo Renick. Antes de que ocurra una dificultad económica, la escuela depositará dinero en la cuenta del estudiante para que no se preocupe por las finanzas, dijo.

“Nuestra filosofía es que el apoyo a los estudiantes sea la norma y no la excepción”, dijo Renick.

UC Riverside desafía el status quo

En las principales universidades públicas de Colorado, Colorado State University y University of Colorado Boulder, las tasas de graduación son más altas para todos los estudiantes que en las instituciones menos selectivas, incluso para los varones hispanos. Los estudiantes de todos los orígenes llegan más preparados y a menudo tienen menos obligaciones familiares y más estabilidad financiera. Las universidades también gastan más por estudiante en su educación.

Un conjunto de investigaciones también sugiere que asistir a una universidad más competitiva está asociado con una mayor probabilidad de graduarse.

Pero a diferencia de en algunas de las universidades públicas menos competitivas del estado, en CU Boulder y Colorado State las tasas de graduación de los varones hispanos se han mantenido estables durante la última década, aunque han aumentado levemente para los demás estudiantes.

Las universidades con admisión selectiva, como University of California, Riverside, son un ejemplo de cómo mejorar las tasas de graduación.

Sus funcionarios trataron de cambiar la cultura del campus para ayudar a todos los estudiantes a sentirse más conectados con la universidad. Kim Wilcox, Presidente de UC Riverside, dijo que la primera prioridad de todo el personal debe ser ayudar a los estudiantes.

“Una universidad está formada por personas con mucho talento, pero muy competitivas”, dijo Wilcox. “Si se destaca a alguien que hizo algo realmente bueno, todos los demás querrán hacer lo mismo para obtener el mismo reconocimiento.

“Como líder, hay que destacar el éxito. Y cuando los tienes, tienes que amplificarlos.”

La universidad gradúa un 77% de sus estudiantes y solamente tiene pequeñas brechas en las tasas de graduación entre ciertos grupos, como los estudiantes hispanos.

Wilcox dijo que los estudiantes de primer año a menudo toman clases en su primer año con los mejores profesores de la institución. La universidad también ofrece muchos clubes y actividades extracurriculares en las que los estudiantes pueden encontrar pequeñas comunidades que los harán sentir bienvenidos y cómodos.

Wilcox dijo que los programas pequeños por sí solos no pueden aumentar el éxito de los estudiantes.

“Hay que trabajar según la escala”, dijo. “La escala en una universidad pública grande no tiene nada que ver con ningún programa. Casi la mitad de la institución somos latinos — eso es 13,000 estudiantes — ¿cómo vas a crear un programa para 13,000 estudiantes?

“Se llama universidad.”

Los mentores hispanos lideran el camino

Muchos de los que están presionando para aumentar las tasas de graduación son hombres hispanos. Inevitablemente, el trabajo se siente personal. Sin embargo, son muy pocos. Es una de las razones por las que los retos que enfrentan los varones hispanos en los campus siguen siendo tan amplios y persistentes, dijo Pilar, de The Education Trust.

“Es difícil crear el ímpetu necesario para que la gente quiera enfocarse en esta población porque estamos muy poco representados”, dijo Pilar.

Ante la escasez de financiamiento y la inercia institucional, los hispanos que se han graduado de universidad han desarrollado redes a fin de abrirles puertas a los estudiantes de hoy y ayudarlos cuando tengan dificultades. Ellos aconsejan a los estudiantes sobre retos, como por ejemplo irse lejos de casa, lograr un equilibrio entre trabajo y estudios, o cómo encontrar una comunidad de amigos.

Alonso Chávez Gasca, de 24 años, dijo que al principio se sintió desconectado cuando se matriculó en Colorado State University. Pero rápidamente se unió a una fraternidad latina, encontró mentores, trabajó en el campus ayudando a otros estudiantes, y después de graduarse se convirtió en mentor con INSPiRE, una organización con sede en Denver que ayuda a los estudiantes a realizar sus sueños de ir a la universidad.

“Para mí, los mentores hacen que la graduación se sienta asequible y alcanzable”, dijo Chávez Gasca. “Y soy mentor porque me veo a mí mismo en esos muchachos. Sus historias son mi historia. Ayudarles a ellos me ayuda a reabastecer a mi comunidad, y les da a los estudiantes la inspiración de que gente como yo se puede graduarse y tener éxito”

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